
Nada se interpone a los cursos de agua... nada. Por años el hombre ha intentado modificarlos, bloquearlos, dominarlos... y el agua sin esfuerzo, sin voluntad, sin decisión ni resentimiento se hace camino al andar, sólo motivada por la fuerza incontenible de su estructura, por su sola realización.
Misma condición que comparte nuestro ser interno, nuestra verdad que puja por su revelación, la nota única que cada uno "es" en este magno Universo... por más que intentemos oponernos, al igual que el agua, cuando ponemos obstáculos a tal realización nuestra alma arrasa con las construcciones que pueril e intelectualmente hemos creado para supuesta felicidad de nuestro ego...
Siempre es hora de cerrar los ojos y escuchar.
MRO.